Un gran río lo es no por su tamaño, sino por la leyenda y
truchas que guarda, este es uno de esos ríos, quizás el más grande de todos.
Mucho ha cambiado su población de truchas desde que lo
pesqué por primera vez hace cerca de veinte años, pero pese a las circunstancias
acaecidas, aún guarda en su seno la esencia de aquellos tiempo, que incluso se
nota en el ambiente cuando te vas acercando a el.
Una de las cosas que han desaparecido eran las grandes
eclosiones de insectos, pese a que se cerraba la temporada un mes y medio antes que en la
actualidad, aún recuerdo aquellos memorables serenos.
Hoy en día hay que buscarlas abajo la mayor parte del
tiempo, y en ocasiones muy, muy puntuales arriba. La jornada fue relativamente
provechosa, pocas truchas aunque de buen tamaño.
El caudal era perfecto, al igual que el río, espero volver antes de que se cierre
la temporada.
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