Una más.

Ya toco a su fin la temporada 2016, como cualquier cierre parece que hemos pasado una nueva página, la nueva se nos nuestras limpia, blanca, sin tachones ni errores, pero aún puedo contemplar la anterior,  con sus huellas de lo vivido, con las manchas que impregnan mi recuerdo,…, una temporada más, como en el libro de Delibes,  una hoja más en el librillo de liar cigarrillos, ya queda menos para que aparezca la “Hoja roja”, que marca la última de nuestras vidas.

Pero de momento ha salido hoja blanca…

 

 

 

 

 

Un río para tiempos de estiaje.

Como he comentado en alguna de mis entradas, a finales de verano, cuando las aguas de nuestros ríos menguan, en algún caso en extremo, este es uno de esos ríos a los que me acerco.

 

El importante manantial que lo alimenta, además de preñar el lecho de vegetación acuática, la cual da cobijo a una importante cantidad de macroinvertebrados, moluscos y crustáceos, le hace mantener un nivel más que aceptable para estos tiempos de estiaje.

 

Aunque las truchas ya no son tan abundantes como hace décadas, bien merece los kilómetros para acercarse a sus aguas.

 

Empieza el calor.

Hoy me he desplazado a uno de esas cabeceras de ríos calizos, en las que el calor propicia la actividad de los insectos terrestres.

Es un espectáculo ir "reptando" por las orillas de estos ríos a la caza de aquellas truchas que esperan la caída de algún insecto a las aguas.

 

 

Otra más

Pues ya tenemos a las puertas las temporada de pesca 2016.

Después de una salida fugaz a tierras donde mantienen la tradicional apertura al 3er. domingo de marzo, este fin de semana se abre en la práctica totalidad de las aguas.

La cosa se presenta positiva, en principio, ya que los ríos llevan agua, y las previsiones meteorológicas son favorables a que esta se mantenga.

Ya ha empezado.

Un año más me encuentro a la orilla del río.

No importa ni el tiempo, ni las captura, lo único que ya estamos de vuelta.