Hacia tiempo que tenia pensado acudir a esta zona declarada
como ¿no truchera?, de unos de mis ríos favoritos, y hoy ha sido el lugar
elegido para pasar la mañana de domingo.
Con un frío que hacia que el nylon generara los
correspondientes “carámbanos” en las anillas, he vuelto a mojar el sedal en las
aguas desde hace más de un mes.
El resultado casi tan gélido como el día, pero aún he visto
un macho tras mi cucharilla, lo que hará que vuelva en breve.
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