sábado, 14 de diciembre de 2013

Paseo a la orilla.


Como todos los enamorados de la pesca sabemos, existen días en los que la mera contemplación del discurrir del agua a nuestros pies, nos es bastante para sentir con lo más profundo de quien lo observa.


El crujir de las hojas recientemente caídas por la presión de mis botas sobre ellas, el silencio invernal interrumpido por algún canto aviar, es la sintonia que me acompaña.


De vez en cuando alguna bandada de ánades rasga el ambiente, pero dura poco, pronto vuelve.


Como añoro las pasadas horas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario