Hace años que no recuerdo un verano tan seco en la meseta
castellana, los río bajan muy menguados de agua lo que repercute en nuestras
pintonas, cuya pesca se complica en extremo ya que se vuelven mucho más
recelosas y con una actividad mucho menor.
Aún existen excepciones, muy contadas, una es la de este
gran río.
Pese a la pertinaz falta de agua mantiene un caudal
aceptable, una buena población truchera, y un entorno excepcional, ¿se puede
pedir más?
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