Un par de veces al año las dedico a la pesca con mosca de
estos, cada vez más escasos, peces; añorados son los inviernos de excelsas
capturas, cuando los pescábamos con pez vivo y cucharilla.
Pese a la degradación, prácticamente total, aún quedan
lugares en los que se pueden capturar lucios a mosca.
Las dos jornadas han sido perfectas, no tanto por las
capturas, sino por el entorno, esos atardeceres anaranjados, con las grullas
sobre nuestras cabezas, son irrepetibles.
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