Esta mañana de domingo me acoge el río con una niebla, casi
helada, y dando señales de alzada, a la espera de un empeoramiento del tiempo.
Los frentes de lluvia han cargado al río de agua, y de un característico
color, producto del arrastre de sedimentos acumulados desde las últimas riadas.
Una luz mística, es la que me despide del río, entre la
niebla y el incipiente sol.
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